Reformarse una vivienda propia es el sueño de la narradora de esta historia sobre los entresijos del proceso de compra de una casa vieja y el periplo hasta la obtención del permiso de obras. Este planteamiento es el impulso para que la protagonista se atreva a pasar página y comenzar así una nueva etapa. Reflexiona, en plena separación, sobre algunos momentos cruciales de su vida. Se centra especialmente en el último año, cuando ya se había producido la ruptura, pero la situación del mercado inmobiliario en Barcelona dificulta mantener dos hogares. Lejos de ser una historia de confrontación o grandes disputas, Cara vista se enfoca en la pérdida gradual de la conexión emocional, en los silencios que se instalan entre los personajes y en las decisiones que se toman de manera casi automática. 
 
La narradora nos cuenta esta historia haciendo un viaje introspectivo entre las calles de una ciudad que, como ella, también guarda sus cicatrices. Nos lo explica con pinceladas de neuroarquitectura, disciplina emergente que estudia la relación que se establece entre los espacios construidos y las personas que los habitan.
 
Es una historia que conectará con cualquiera que haya experimentado la reconstrucción personal y la búsqueda de un camino y un lugar propios.